¿Estaremos aprendiendo la lección?
De pronto llega un virus que ataca al ser humano de manera sorpresiva, abrupta, algunos sin síntomas otros muchos de gravedad pero con un común denominador: elige a cualquier ser humano, de forma aleatoria sin importar el color de tu piel, la religión que profeses o el lugar en el que vivas, te puede dar porque lo único que necesitas es “ser humano”. Y es así como un virus invisible nos enseña la lección más importante como humanidad, no distingue raza, no distingue sexo, no distingue y punto, ante él todos somos iguales.
Eso es lo que deberíamos estar absorbiendo.
Todos y cada uno de nosotros, en cada rincón del planeta estamos aprendiendo a ser RESILIENTES, a usar la tecnología para trabajar o estudiar, a consolar a los que han perdido una vida, a sacar adelante la escuela de nuestros hijos, a bailar con quien vive con nosotros, a tomarnos el tiempo con calma, a ver la vida de otra forma.
No importa el color de tu piel dicen, pero en algunos lados ésta sigue pesando.
¿Qué más tiene que pasar para que aprendamos a ver más allá?
En pleno 2020 y en medio de una crisis mundial, hay personas lastimando a otras y es ahí en donde el deporte cobra un significado enorme. En un equipo, dentro una cancha y en un torneo todos somos uno, encaminados a un objetivo en común.
Extrañamos gritar goles, aplaudir victorias e ir a un estadio pero lo que más se extraña es sentir que una camiseta nos hace iguales, sin importar de dónde venga nadie nuestro corazón late a la par cuando el balón va a entrar a la portería.
¿Nos hace falta amor al otro? NO, nos hace falta EMPATÍA. Sentir en la piel del otro, entender que cuando eres parte de un equipo, la victoria o la derrota también es tuya. Es por eso que hoy todos somos uno, aquel que perdió el aire en una sala de terapia intensiva o debajo de una rodilla ajena, todos somos ellos y es nuestra derrota como humanidad que sigan pasando este tipo de cosas.
Pero también todos somos ese médico y aquella enfermera que sale todos los días a salvar vidas, todos somos padres de familia o hijos riendo una tarde con un juego de mesa durante el confinamiento y más importante aún, TODOS PODEMOS SER.
Enfoquémonos ahora en nuestro futuro, el inmediato, al rato o mañana, ¿qué podemos ser? Podemos ser el que salga con despensa para aquel que perdió el trabajo y nos espera en un semáforo, podemos ser el que sigue cuidándose en casa para frenar el contagio, podemos ser el que tienda la mano a cualquiera que no tiene nuestro color de piel, nuestro mismo sexo ni preferencia y lo hagamos nuestro amigo, podemos ser los que alzamos la voz en redes sociales y los que educamos a nuestros hijos en la empatía e inclusión para que en el futuro lejano esas generaciones pongan en alto la raza humana.
Hoy podemos ser todos un equipo, estamos en el mismo partido, unos jugando y otros en la tribuna pero todos con una sola camiseta, lo que hagamos durante este partido repercutirá después en el marcador final, somos nosotros vs nosotros y tenemos que jugar juntos para finalmente obtener la victoria.